El Señor te llamó con silbos suaves,
te miró desde siempre con cariño,
cervatillo gentil, desde muy niño,
Dios te busca y te llama. ¿No lo sabes?



Ya estás presto a volar como las aves
en un vuelo triunfal. Tu piel de armiño
no la arrastres con torpe desaliño
y nunca su blancura menoscabes.



Él te eligió. Su corazón te llama.
A ti te toca decidir sin miedo
el mensaje filial de tu respuesta.



Elige tú también. Él te reclama,
tú vacilas. ¿Avanzo? ¿Retrocedo?
Será tu corazón el que contesta.


José María Zandueta Munárriz           
(1915 - 2005)

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Música: ¿Dónde estás?